El campanario de la Catedral es precioso... ahora, subirlo es un infierno... 209 stufen...o lo que es lo mismo, 209 veces tener que subir con mis piernas más de 100 kg por unas escaleras en espiral en la que casi no quepo y encima tener que apretarme contra la pared para que la gente que baja cuando tu subes puedan hacerlo y no crear un trombo... Total... las vistas desde la torre son magníficas, aunque con 300 pulsaciones por minuto y taquipneico como Carmen de Mairena en la fase álgida de sus exitosas películas no se hace muy llevadero... menos mal que arriba del todo hay banquitos... Ah... y la taquilla para pagar la entrada al campanario está arriba... es decir... que si subes y cuando llegas te parece excesivo los 1´5€ de la entrada pues te das la vuelta y bajas de nuevo los 209 stufen...
Otra cosa es que la mayoría de las calles de Friburgo están empedradas... y que en la puerta de cada establecimiento hay un mosaico de piedra que representa al comercio o entidad próxima... por ejemplo... delante de la puerta de una farmacia hay en el suelo una A roja de "Apotheke", delante de una joyería hay un diamante o por ejemplo delante del Palacio de Justicia está es escudo de la ciudad de Friburgo...
Otra de las cosas que andando por las calles de Friburgo me han impactado ha sido esto... máquinas expendedoras de tabaco (y de tarjetas telefónicas) en plena calle, al acceso de menores, para que luego digan que en Espanha no se hace una buena prevención del consumo de tabaco... ahora, el paquete de tabaco más barato a 5€ la unidad... El artrista se arruinaría fumando aquí... aunque según Violeta el precio tan elevado no es impedimento para los alemanes fumadores empedernidos... Por cierto... hay máquinas de éstas en cada calle... y aún no he visto una expendedora de preservativos... ni en las puertas de las farmacias... si es que en algo teníamos que ser mejor que los alemanes...