15 de junio de 2009

MIReándome en Huelva 3.0

Mi primera guardia ha sido toda una verdadera experiencia religiosa.

La noche previa la pasé fatal con los nervios. Conseguí dormirme a las 3 de la mañana después de enfadarme 5 veces con Miko por hacer ruidos extraños. Mi teoría es que le transmití mi ansiedad y él desarrolló un colon irritable a lo hamster ruso. Me levanté como todos los días, me pegué un repaso con agüita jabonosa a lo Zeich (desde que me compré una esponja del IKEA soy otra persona) y me bajé a por el coche con una maleta más grande que cierta residente de UCI del V.R. Allí llevaba desde el pijama reglamentario hasta el diccionario multilingüe de práctica clínica que me regaló en su día el tito Uán.

Aparqué y me fui con mi libro de árabe a hacer tiempo en la cafetería hasta que diesen las 8.30 (para que después diga mi madre que no llego temprano a los sitios...jejeje). He retomado mi estudio del árabe (casi 5 años después) gracias a la inestimable ayuda de Kautar, R1 de pediatría, que intenta hacer de mi alguien de provecho en la materia...jejeje... Tras salir del curso de Urgencias del J.R. (anteriormente conocido como Juan Ramón Jiménez) me comí una tapita en la cafetería del mismo y fui a tomarme un café con Wii, Gambipur y DanRub para intentar calmarme un poco. Y es que necesitaba calmarme. Miedo a lo desconocido, a no saber, a no poder, a no ser. En definitiva, todo un colón irritable con patas que descargó su más preciado contenido en casa de Luis para degustación y disfrute del personal.

Rumbo a Trigueros, o eso pensaba... y es que no se si sería por los nervios o que la primera vez que fui casi termino en Beas por un error del guía, lo cierto y verdad es que me costó un poco no ya llegar al pueblo, que lo conseguí a la primera, si no encontrar el centro de salud. Aparqué mi Sandero en el parking y comenzó la aventura.

Lo más agradable fue el trato que recibí por parte de todo el personal desde el momento en el que pisé dicho centro. No os lo podéis ni imaginar lo bien que me trataron. Habrá que ver como paso mis futuras guardias en URG del J.R. Pero creo que será muy difícil que me traten mejor.

La adjunta encargada de mi, por la gracia del Real Decreto, me propuso que desde un primer momento intentase soltarme con el cara a cara con el paciente. Y ahí estaba yo, con mi cola cogida, mi fonendo al cuello, mi pijama blanco XL, mis zuecos blancos y mi cabeza pensando en mil cosas posibles que pudieran tener los pacientes. Además, mi manejo del Diraya ha pasado en dos semanas de 0 a usuario intermedio.

Después de muchas orejas, resfriados y niños (para que después me digan que los Families no los ven...) llegó el primer aviso. Aviso que recordaré toda mi vida y que se lo contaré a mis nietos día si y día también (o a los del tito Uán). El 061 llama para decirnos que una chica se ha caído con la bicicleta por una vía verde... ¡Aiomaaa!... Buscando en Google Maps la dichosa vía verde... Vaya camino en ambulancia... primero carretera nacional, segundo comarcal, luego vía verde... y nos paramos porque el camino no era transitable. Y allí estaba la Autoridad esperándonos. Típica pareja de G.C. (joven/viejo) con su Patrol. Nos empezamos a meter por carriles que ni el Paris-Dakar... hasta que dice “er jefe”... “Hasta aquí llegamos”... y nos bajamos. Andamos unos 100 metros cuando vemos que el carril empezaba a caer con una pendiente que ni el físico más notable podría describir con una ecuación. Menos mal que llevaba casco la chica que si no... El camino de transportarla para el Patrol con la cuchara fue “mu grande”, parecíamos costaleros de la Semana Santa. Lo mejor, que como no cabíamos en el Patrol la enfermera y yo nos fuimos andando con otras dos chicas que acompañaban a la accidentada en el recorrido bicicletero, y yo cargué con la bici de la accidentada casi 2 kilómetros... Anda que no sudaba ná, con los zuecos llenos de tierra roja, la cola ya ni era cola... jejeje... Afortunadamente no tenía nada de gravedad. Luego tuvimos otro aviso por el pueblo y empecé a conocer las calles del mismo y alguno de sus monumentos, la próxima vez haré alguna que otra foto... Comimos y sobre las 2:30 me fui a la piltra pero casi no dormí nada de los nervios internos que tenía... y cuando estaba con los ojos más cerrados que abiertos meten timbrazo... Me levanto y la urgencia era... un señor mayor que “se iba al campo y se dio cuenta que se le habían acabado las pastillas de la tensión, pa que le recetara”... Aiomaaaaaaaaaaaaa... Cosas de pueblo... ¿o no?...

A las 8 cogí el Sandero y tiré para el J.R. Para asistir a un nuevo curso... y me terminé pegando la siesta de mi vida a las 3 cuando llegué a casa tras un baño con burbujitas... jejeje...

A ver como se me da la próxima...

1 comentario:

Leny dijo...

Qué grande eres Javi!!! Una lástima que yo no sea testigo en "er vivo" de tus experiencias pueblerinas.

Me encanta la alusión a esa tal residente de UCI, que por cierto ya ha hecho su primer masaje cardiaco...

A ver si te veo, que ya ni recuerdo tus ricitos!!

Mucho ánimo y suerte machote!!

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